jueves, 3 de diciembre de 2015

La palabra libertad en el siglo XXI, amenazada por el conglomerado de video-cámaras, drones, antenas, cables, chips, apps, redes sociales y los smartphones.


El avance y desarrollo constantes de la tecnologías de la información y las comunicaciones, a fines de satisfacer los intereses del capital y los gobiernos, ha dado como resultado unos mecanismos de control que reducen significativamente la privacidad de los ciudadanos sometidos a la maquinaria del sistema capitalista.

En el contexto anterior las cámaras de video-vigilancia, el control de nuestros gustos y preferencias, la observación desde distintos ángulos de todos los aspectos de nuestra vida diaria, intervención, manipulación y registro de llamadas telefónicas y correos electrónicos. La intimidad que le pertenece a cada ciudadano queda reducida a lo más mínimo a fin de que se pueda exprimir toda la información posible para engrasar la máquina, producir, facilitar la mercantilización de todos los aspectos de nuestras vidas.

El horror y la pesadilla parece una utopía no se ha cumplido aún. A cambio, tenemos algo peor y, para colmo, es real, esto camina a pasos agigantados es decir geométricamente.

En el actual momento nos encontramos con los gobiernos completamente activos no en en la sombra controlando de manera más o menos evidente nuestros pasos, sino con una gran cantidad de tecnologías de control con tan diversas aplicaciones que se hace difícil alcanzar a ver que todo responde básicamente a un mismo objetivo: asegurar el orden y el control de la población en una sociedad que engendra en su seno contradicciones que la ponen en peligro, así como facilitar la reproducción del capital. Una sociedad que ve en toda innovación tecnológica un paso más hacia su liberación de cualquier control, pero esto es una pura falacia.

En este sentido tengo también  que decir que el problema no es culpa de la tecnología sino del uso que puede ser objeto la  misma. Cada día aumenta el uso de los teléfonos inteligentes y el uso del internet en la población a nivel mundial.

Esto se parece al ejemplo de que el fuego puede hacer que en  una casa se cuecen los alimentos para comer, pero también puede que se queme la casa entera, todo depende de su utilización y en que manos se encuentra en un determinado momento para llevar a cabo inconductas y maldad.

Hemos visto en los últimos años como nos hemos enterado de algunas cosas como el escándalo de Edward Joseph Snowden  y su participación en el programa de vigilancia PRISM de la de la NSA. PRISM es un programa de vigilancia electrónica considerado confidencial a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos desde hace mucho tiempo alrededor del año 2005.

También las empresas como Microsoft, Google, Apple y Facebook también se han visto implicadas, pues según las informaciones estas empresas eran conscientes de que el Gobierno de Estados Unidos accedía a sus servidores y podía ver informaciones de los usuarios sin su consentimiento y de forma ilegal. Otro caso es el de Julian Paul, conocido como Julian Assange, es un programador, periodista y activista australiano, conocido por ser el fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks,  ha publicado más documentos clasificados que toda la prensa mundial junta y que desato un remolino de informaciones confidenciales y cables de muchas embajadas principalmente las comunicaciones y cables de las de los Estados Unidos, este caso le ha costo pedir asilo en la embajada de Ecuador en Gran Bretaña donde ha permanecido por más de 5 años.  

Hasta la próxima entrega amig@s.

Cordial saludo,

Elvin Mendoza



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