El avance y desarrollo
constantes de la tecnologías de la información y las comunicaciones, a fines de
satisfacer los intereses del capital y los gobiernos, ha dado como resultado
unos mecanismos de control que reducen significativamente la privacidad de los
ciudadanos sometidos a la maquinaria del sistema capitalista.
En el contexto anterior
las cámaras de video-vigilancia, el control de nuestros gustos y preferencias,
la observación desde distintos ángulos de todos los aspectos de nuestra vida
diaria, intervención, manipulación y registro de llamadas telefónicas y correos
electrónicos. La intimidad que le pertenece a cada ciudadano queda reducida a
lo más mínimo a fin de que se pueda exprimir toda la información posible para
engrasar la máquina, producir, facilitar la mercantilización de todos los
aspectos de nuestras vidas.
El horror y la pesadilla
parece una utopía no se ha cumplido aún. A cambio, tenemos algo peor y, para
colmo, es real, esto camina a pasos agigantados es decir geométricamente.
En el actual momento nos
encontramos con los gobiernos completamente activos no en en la sombra
controlando de manera más o menos evidente nuestros pasos, sino con una gran
cantidad de tecnologías de control con tan diversas aplicaciones que se hace
difícil alcanzar a ver que todo responde básicamente a un mismo objetivo:
asegurar el orden y el control de la población en una sociedad que engendra en
su seno contradicciones que la ponen en peligro, así como facilitar la
reproducción del capital. Una sociedad que ve en toda innovación tecnológica un
paso más hacia su liberación de cualquier control, pero esto es una pura
falacia.
En este sentido tengo
también que decir que el
problema no es culpa de la tecnología sino del uso que puede ser objeto
la misma. Cada día aumenta
el uso de los teléfonos inteligentes y el uso del internet en la población a
nivel mundial.
Esto se parece al ejemplo
de que el fuego puede hacer que en una
casa se cuecen los alimentos para comer, pero también puede que se queme la
casa entera, todo depende de su utilización y en que manos se encuentra en un
determinado momento para llevar a cabo inconductas y maldad.
Hemos visto en los últimos
años como nos hemos enterado de algunas cosas como el escándalo de Edward Joseph Snowden y
su participación en el programa de vigilancia PRISM de
la de la NSA. PRISM es un programa de vigilancia
electrónica considerado confidencial a cargo de la Agencia
de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos desde hace
mucho tiempo alrededor del año 2005.
También las empresas
como Microsoft, Google, Apple y Facebook también se han visto implicadas, pues según las informaciones
estas empresas eran conscientes de que el Gobierno de Estados Unidos accedía a
sus servidores y podía ver informaciones
de los usuarios sin su consentimiento y de forma ilegal. Otro caso es el de Julian Paul, conocido como Julian Assange,
es un programador, periodista y activista australiano,
conocido por ser el fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks,
ha publicado más documentos clasificados que toda la prensa mundial junta y que desato un remolino de informaciones confidenciales y
cables de muchas embajadas principalmente las comunicaciones y cables de las de
los Estados Unidos, este caso le ha costo pedir asilo en la embajada de Ecuador
en Gran Bretaña donde ha permanecido por más de 5 años.
Hasta la próxima entrega
amig@s.
Cordial saludo,
Elvin Mendoza